jueves, 12 de abril de 2007
::: The Worst Day Ever Ever :::
Hoy realmente me sentí como una tabla a la deriva, exijiéndome alguna razón para no llorar. O quizás la buscaba vehementemente, con afán autodestructivo, con anhelos siniestros, con el simple conformismo capitalista. Me levanté como todos los días, analicé las situaciones como todos los días, leía como de costumbre, me dormí en clases, como siempre, traté de comer algo nutritivo, venciéndome con un snack mix, odié, clasifiqué y miré en menos a mis compañeros de pensamiento "revolucionario", preparé un lindo speech para un amigo, y nada, nada me hacía sentir diferente.
Tomé el bus de regreso y hablé con unos chicos que también viven en Valle Grande, y realmente, el cansancio, la insolación, y las enormes ganas de morir, se tradujeron en un sin número de componentes carentes de verborrea que causaron en mi un efecto de tabla naufragante con menos opinión que una puerta. Nunca me había sentido tan demás. No creo que quiera verles de nuevo. Llegué a casa, y la entrada reluciente en manos de mi hermano me hizo caer en la envidia, quizás, aunque no me quiso decir nada de su contacto, y con mis amigos, junábamos más de diez mil pesos, ahora podría ir, pero, ¿qué más da?. Lloré frente a mi madre, y me dijo que arreglara mejor la ropa. Es triste sentirse solo, en un mundo donde están los seres que más te quieren.
 
posted by Andrés M. at 8:43 p. m. | Permalink |


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