"Me levanto. Sonrío a diario. Corro para alcanzar el autobús, intento parecer normal, una persona completamente feliz. Busco cómo llenar ese espacio que yace en mi corazón. Los eclesiásticos dicen que sólo se llenará con Dios, mis amigos no saben de mi desdicha, anhelo, mientras se va vaciando el autobús, alguna señal divina, o mejor, dicho, lo que sea. Se me acercan unos tipos, me ofrecen maravilla y así fue cómo comencé a utilizarla. Las drogas no eran malas, de verdad, me ayudaban a comprender porqué el mundo es tan malo, porqué hay tanta egolatría, ansia de dinero, veía el unísono tal cómo era... Lo veía todo, y me volvía más anarco. No entendía a mis padres, les odiaba, intenté asesinar a mi hermana chica y me echaron de la casa, sin amenzas, sólo con palabras vanas como Te ayudaremos y mierda así.
Vagar por las calles en busca de dinero y más de la güena, era sencillo. Estaba en todas partes, y asaltar se me hacía cada vez más sencillo. Fue una época difícil, pero no me arrepiento de nada. El Gato podría darle más datos acerca del origen del crimen, pero en realidad no quiero hablar de eso..."
El juez le miró extrañado, y no le quitó la cadena perpetua. Su hermana, madre y padre yacían descuartizados en el patio de su casa, putrefactos, en medio de la más absoluta soledad, sólo porque el chico, no supo decir Adiós.
Vagar por las calles en busca de dinero y más de la güena, era sencillo. Estaba en todas partes, y asaltar se me hacía cada vez más sencillo. Fue una época difícil, pero no me arrepiento de nada. El Gato podría darle más datos acerca del origen del crimen, pero en realidad no quiero hablar de eso..."
El juez le miró extrañado, y no le quitó la cadena perpetua. Su hermana, madre y padre yacían descuartizados en el patio de su casa, putrefactos, en medio de la más absoluta soledad, sólo porque el chico, no supo decir Adiós.
